jueves, octubre 22, 2009

Zapallo con queso y tomate ¿o Góndolas Venecianas?



Continuamos con las cucurbitáceas, empezamos con la tarta de calabacita y seguimos con este sabroso zapallo Hokkaido, Cucúrbita Pepo o Cucúrbita Máxima. El zapallo se cultiva en casi todo el mundo desde hace muchísimo tiempo y sólo en América hay tantas variedades que en los países de habla hispana se lo conoce por muchos nombres nada parecidos, como Ahuyama, Ayote, Andaí, Anco, Purú, Tecomate, Calabaza, Zapullo, Guicoy, Pipián y otros. Se le consumen la flor, el fruto y la semilla. Es conocido por sus muchas propiedades naturales, es anti-inflamatorio urinario y prostático (sobre todo las semillas) vermífugo (repele parásitos) y emoliente (suavizante del tubo digestivo).

Ingredientes

1 zapallo Hokkaido chico, de un kilo y medio, rinde entre 6 y 8 porciones.
Queso fresco (mantecoso) o queso de máquina en barra cortado fino.
(para los lectores de Estados Unidos Creeme Cheese Light es lo más parecido)
2 Tomates.
4 o 6 dientes de ajo.
Sal y pimienta.

Preparación

Lavar bien el zapallo, si es posible con cepillo y cortarlo en gajos no muy angostos, deben quedar como barcas con buen apoyo, lo suficientemente anchas para soportar relleno y queso.
Elija zapallos chicos y de ser posible de buena forma.

Colocar los gajos en una fuente de horno con dos vasos de agua, es importante que no se seque la fuente o se le ennegrecerá mucho la cáscara. (También he probado hirviendo los gajos en lugar de en el horno y quedan más blandos, pero no se le oscurecen las puntas al zapallo) Ambos quedan bien, pero por el sabor mi preferencia es el horno (¡y si usa el horno tiene una cacerola menos que lavar!)

Pelar y picar el ajo.
Pelar los tomates y cortarlos en gajos.

Cuando está cocido el zapallo, luego de unos 20 minutos, retirar, colocar un poco de ajo picado esparcido a lo largo y una cucharadita de agua en cada hueco y volver a meter dos minutos al horno. ( o usar salsa de tomates bien condimentada en lugar de ajo y tomate)

Retirar, colocar sobre el ajo dos gajos de tomate, sal, pimienta y una feta de queso mantecoso o de máquina. Volver a meter al horno hasta que se funda el queso.

Retirar y acompañar con cebollitas gourmet o champignones hervidos, se asombrará de lo ricos que quedan los champignones enteros solo hervidos, incluso sin sal.

Si tiene una cena formal y quiere sorprender con estas calabacitas, puede servirlas de otra manera. Déjelas enfriar un poco y corte cada gajo en dos o tres partes, lo que le permita el tamaño del gajo. Sirva dos triangulitos por plato con algún rico acompañamiento. En la foto de abajo, en lugar de ajo y tomate usé de relleno zanahoria y zucchini rallados, más trocitos de champignones hervidos (saltados en aceite se me ocurre que deben quedar también muy ricos) – Recuerde siempre que la zanahoria y el zuchinni no hace falta que se cocinen, solo derrita el queso y listo. Espere que el queso se endurezca un poco antes de cortar.



Y el tomate, puede pelarlo con el cuchillo o pasarlo por agua caliente. Hágale una cruz con un cuchillo en la base y colóquelo un minuto en agua hirviendo, luego retire y sumérjalo en agua fría como sugirió Quique unos días atrás para que no quede ácido y pélelo tirando de la piel que se levantará donde cortó la cruz.

Se me ocurre para los omnívoros un relleno de pollo o jamón picado, champignones y queso.

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2 comentarios:

  1. Qué rico Silvia! un día probé fundir el queso havarti (hay de ese en Argentina?) y resultó muy bien, al menos tiene más gusto que la mozzarella. Un beso,

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  2. Hummm me quedé pensando, estoy buscando para responderte con seguridad, no estoy segura de haberlo visto, besos,

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